¿Se imaginan que cualquiera de uds una vez se llamase José, otro Domingo y de vez en cuando Alberto? ¿Se imaginan que un día dijera que es ingeniero, otro, médico, y al tercero, abogado? ¿Creen de verdad que se tendría una idea exacta de quién es? Seguro que no…

Los Manuales de Identidad Corporativa (o Identidad Visual) no son publicaciones que nacen del ego caprichoso de un diseñador que pretende enmendar la plana de esa imprenta o ese rotulista que tan buen precio le hace al cliente amigo. 

Son el libro de instrucciones que hay que consultar siempre que una marca vaya a ser reproducida en cualquier medio o contexto, porque en dicho manual se recoge toda la normativa al respecto para garantizar la visualidad correcta de esa marca.

Si en algún momento había que poner en práctica nuestro axioma de que «un logo no es una obra de arte sino una herramienta ergonómica de comunicación visual» era esta……

El cromatismo lo resolvimos dando preeminencia al nombre sobre el imagotipo. Nos parecía que debía ser así, puesto que las características de rusticidad que presentaba su tipografía eran suficientemente barrocas de por si como para dar más presencia al símbolo que la acompañaba.

Si he de ser sincero, confesaré que la propuesta me sorprendió en un primer momento por su sencillez. Un nombre (¡un lema, una afirmación!) en forma de logotipo con el solo apoyo gráfico de un guión que refuerce su presencia como marca. Un «graffiti» sobre el blanco del soporte, en una tipografía «bold» expresiva de la afirmación de su propuesta: «hacemos logos». Me pareció genial… ¿y a uds?.

Elegimos la flecha puntero que todos utilizamos para «clicar» en un vínculo interactivo, pero no queríamos que el símbolo fuera exactamente igual sino que presentase cierta similitud pero a la vez tuviera personalidad propia para poder utilizarlo, si fuera el caso, como elemento identificativo de la marca sin necesidad de que apareciera su parte verbal…

En cuanto a la tipografía utilizada, nos decidimos por una que presentara rasgos de modernidad, aunque respetando mucho que no perdiera ningún punto en su legibilidad. Nos importaba mucho que se percibiera bien el nombre y que no hubiera ningún elemento que interfiriera en su correcta comprensión, para lo que utilizamos la tinta negra en su representación.

 En el símbolo, sin embargo, aplicamos un cromatismo dinámico, representado por gradaciones entre los colores amarillo, verde y azul, en su construcción.

Decidimos trabajar con formas curvas y dinámicas, en los elementos puramente gráficos, y con tipografías que no fueran de palo seco ni fueran las de serif de toda la vida de dios…

Estimamos que los valores a transmitir eran, sobre todo, de carácter humano, sin descuidar otros más formales (solvencia…) Descartamos pronto una marca que tuviera aspectos industriales. Establecimos los items a connotar: protección, vida, vitalidad, alegría. Dimos forma a un imagotipo sencillo que se leía tanto como una sonrisa abierta, como la imagen de alguien con los brazos abiertos y nos gustó.

Ya solo quedaba rematarlo con una tipografía adecuada, que mezclase a partes iguales personalidad propia y seriedad. Luego escogimos una gama cromática que respaldase todos los valores que presentaban el resto de los componentes de la marca y nos decantamos por una combinación de una tinta oscura, pero con viveza visual (PANTONE 221) y una más luminosa como contrapunto (PANTONE orange 021). El resultado es el que uds pueden apreciar.