Por fin…
una felicitación a nuestra medida…
que sirva para poder enviar nuestras más grandes esperanzas para el nuevo año y los mayores deseos de paz y felicidad….

Durante años hemos pretendido felicitar las fiestas navideñas a nuestros clientes de una manera original.

La felicitación estaba ilustrada con una imagen de una hoja sobre la nieve, y toda ella en rojo y blanco, cromatismo absolutamente navideño.

La tipografía que elegimos era caligráfica, para buscar la cercanía, calidez y humanidad que el «crismas» necesitaba.

La acompañamos de un sobre personalizado, en el que aparecía el nombre del receptor con la misma tipografía que la utilizada en el soporte.

Hace muchos años compramos este jarrón de cartón. Entonces era muy vistoso, pintado con ornamentos vegetales muy floridos. Pero el paso del tiempo fue borrando el colorido y dejándolo ajado y feo. Lo tuvimos almacenado en el trastero, hasta que un día se nos ocurrió recuperarlo. Si era de cartón, podía pintarse de nuevo.

Lo pintamos de negro mate, y la verdad es que quedó precioso. Pero si la mente de una mujer no descansa para estas cosas de la decoración, el cerebro de una diseñadora multiplica por dos esa actividad incansable. Sí, había quedado muy bien, pero… «¿no es un poco soso?». Había que seguir pensando.

Todo un ejercicio de «bricocreatividad. ¿O no?

Solo nos quedaba decidir cómo colocar las chinchetas, y entonces se nos ocurrió que podía ser de modo que que pareciera una especie de cenefa. Y, dado que era un objeto para una casa… ¿qué mejor motivo que la repetición verbal del término «casa» en diferentes idiomas, acompañado de cifras importantes para nosotros, que separaran cada vocablo y que envolvian toda la superficie.

Aprovechando el material fotográfico de nuestro viaje a New York, ideamos este puzzle a gran escala que monopoliza nuestro salón…

Este es un proyecto para la decoración de nuestro piso. Si somos capaces de diseñar para terceros, ¿por qué no íbamos a ser lo para nosotros mismos? Esa pared desnuda que durante tantos años nos gritaba «¡vísteme!», era todo un reto… 

Esta idea de puzzle de pequeños/grandes trozos atexturados de historias/sensaciones, fue ovacionada y reclamada personalmente por familiares y amigos…

y ante la gran acogida que ha tenido, nos atrevemos a ofertarlo a todos Uds.